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Entrevista a Jordi Cortés


La trayectoria de Jordi Cortés es extensa y prolífica. En ella se perfilan contundentes trabajos, dibujados bajo su propia agrupación, Alta Realitat, fundada en 2003 en Barcelona, o fruto de colaboraciones artísticas como las realizadas con Damián Muñoz y Nigel Charnock entre otros creadores. Para su próximo montaje, V.I.T.R.I.O.L, que puede verse entre el 14 y el 16 de enero en el saT! De Barcelona (dentro de la programación del Mercat de les Flors), Jordi Cortés reflexiona sobre el cuerpo humano y sus límites, en una pieza para siete intérpretes entre los que se encuentran dos personas con minusvalías físicas.

Por www.danza.es Fotos Edwin Tonne


Jordi Cortés

P- V.I.T.R.I.O.L nace de un taller de danza integrada desarrollado el pasado mes de abril en Barcelona, ¿qué le impulsó a crear esta obra? R- Quiero puntualizar, que V.I.T.R.I.O.L nació mucho antes. Ya llevaba medio año gestando la idea del montaje que quería crear. El taller fue parte del proceso de investigación y experimentación, previo a empezar los ensayos de la pieza. Por eso invité a Adam Benjamín, un gran amigo y maestro, fundador de la compañía de danza integrada Candoco, con una larga experiencia .Y lo que me impulsó a crear esta obra, fueron dos razones primordiales: una, la relacion que tenemos con nuestro cuerpo, que a veces nos esclaviza y pervierte nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás. Por otro lado, está mi profesion, yo soy bailarín-actor, aún en activo, y he tenido mis lesiones y operaciones que me han hecho reflexionar sobre la posibilidad de que algun día mi cuerpo no responda como yo quiero. Ya me he encontrado en esa situación en alguna ocasión y me he tenido que reinventar. Yo he estado ahí de forma momentánea, pero hay personas que han de convivir con ello y me interesa darles las herramientas para que puedan transmitir desde la danza y el teatro sus historias y su relación con esa nueva situación. Todos tenemos nuestras taras y discapacidades, de una manera u otra. P- En el montaje hay bailarines y actores profesionales y dos personas con minusvalías físicas, ¿cómo ha sido el trabajo conjunto? R- El trabajo ha sido muy fluido, fructifero, nutritivo... Como ya he dicho levaba tiempo preparándome,de una forma práctica y teórica, y todas las personas que iniciaron los ensayos habían estado presentes en alguno de los laboratorios de preparación del proyecto. Ya nos conocíamos todos y se había creado un clima de confianza y complicidad que era vital para la pieza. Las personas con discapacidad te ayudan a focalizar, a estar muy a la escucha, atento y abierto. Ha existido en todo el proceso una gran concentración y relajación, la certeza de que sabíamos de qué estábamos hablando . El tema estaba muy claro y ha sido un viaje muy aleccionador y enriquecedor para todos. P- ¿Sería correcto ver en este montaje un componente de denuncia social? ¿Cuál es la idea principal sobre la que gira la obra? R- Sí puede verse así si se quiere. Desde el momento que colocas a una persona ciega en escena, otra con hemiplejia y afasia sensorial, otra con un cuerpo redondeado en sus carnes y bailando con música clásica, ya se está diciendo algo. Ya se está rompiendo con unos convencionalismos. Y más cuando una gran parte de la sociedad, durante mucho tiempo, ha escondido esos cuerpos. Las personas con discapcacidad hasta hace pocos años eran muy invisibles. Tenían pocas oportunidades. Pero ahora hay mucha mas concienciación y se han organizado consiguiendo una visibilidad. La obra es una mirada una reflexión sobre nuestro cuerpo hoy en día. La belleza, la fealdad, el placer y el dolor que le provocamos, la imperfección y la perfección, lo grotesco que puede llegar a ser el ideal de belleza. P- En su discurso coreográfico es habitual la interacción de la danza con otras disciplinas como el teatro y las audiovisuales, ¿encontraremos de esto en V.I.T.R.I.O.L? R- Sí. En la pieza hay elementos teatrales, de audiovisual, texto, acciones más performativas. Cada pieza requiere unos elementos, un discurso distinto. La verdad, es que no me fijo nunca si la pieza es más teatral o más danzada… no me importa. Lo que me importa es lo que quiero decir y transmitir.


V.I.T.R.I.O.L

P- Desde sus primeras obras estrenadas, como Ay Carmela o Lucky, hasta esta última, ¿qué ha cambiado y qué permanece en su discurso? R- Puedo decir que en esencia no ha cambiado mi discurso porque tengo muy claro qué es lo que me mueve a crear, a estar ahí. Y parte de una intuición, así de claro. Se trata de una necesidad vital, orgánica y visceral, que me dice que tengo que hacer eso. El tema que quiero tratar, en un principio siempre está muy claro. Es una necesidad, el cuerpo me lo pide. Y ahí empieza el viaje para llegar a no sé dónde, porque cada viaje es distinto, y tienes artistas asociados distintos, y eso es lo fascinante y estimulante. Siempre es un proceso de descubrimiento y de aprendizaje. P- Su compañía, Alta Realitat, creada en 2003 en Barcelona, encuentra su origen en la Heightened Reality, agrupación fundada dos años antes en Londres, ¿cuál es el balance de estos años de trayectoria? R- El balance es muy bueno porque hemos corrido grandes riesgos, nos hemos lanzado a esta aventura, y aún estamos aquí, sin estar quemados, con motivación, aunque a veces estés agotado, exhausto, y con ganas de decir ¡¡¡basta ya¡¡¡. Pero nunca por razones artísticas. Son cuestiones políticas y económicas. La necesidad de seguir creando, de seguir compartiendo con otros artistas, con otros públicos, sigue estando ahí, y muy fuerte. P- A lo largo de su carrera abundan las colaboraciones con otros creadores como Damián Muñoz o Nigel Charnock, y compañías, ¿qué destacaría de estos trabajos en conjunto? R- Que es vital para mí. Necesito ese intercambio de experiencias, compartir con ellos lo que voy descubriendo. Eso me ha pasado con Damian Muñoz, con quien surgió óleles, con Nigel Charnock (The room), con Isabel Vázquez (Yo cocino y tú friegas los platos) con Germana Civera y su compañía La Inesperada, etc. Es siempre un trabajo y una experiencia muy nutritiva y fascinante. Aprendemos mucho mutuamente, y no solo artísticamente. Es experiencia de vida porque acabamos teniendo una profunda y sincera amistad.


V.I.T.R.I.O.L

P- Desde su amplia trayectoria como bailarín y coreógrafo de diversas compañías internacionales, y como director de la suya, ¿cómo describiría el momento de creación que se vive en España? R- Frágil y delicado. El discurso parece siempre el mismo. Cuando parece que las cosas van a cambiar, como ahora, pasa algo y vuelves a llegar a un tope y casi es como volver a empezar. La danza no es una inmobiliaria. No te va dar unos dividendos, y políticamente y económicamente te dirán que no es rentable. Pero la cultura de un país, como la educación, es vital porque ahí radica el pulso de la gente. Por eso las políticas son a corto plazo, y la cultura y la danza hay que mamarla también desde niño. En este país hay grandes talentos, muchos se van, algunos vuelven, otros se quedan fuera, pero aquí sigue siendo difícil tirar hacia delante. Por eso creo que es muy interesante asociarse con otros colectivos de artistas de fuera, con otros creadores, para tener más fuerza P- ¿Qué danza le interesa a usted como espectador? R- La que es comprometida de alguna forma: emocionalmente, socialmente, políticamente. Que sienta que me está queriendo provocar algún tipo de reflexión. Que salgo del espacio tal vez sin saber qué ha pasado pero que me ha removido en algún lugar de mi ser. No importa el dónde, sino el porqué y el cómo lo ha hecho. No aguanto el tipo de piezas de danza, o de lo que sea, que se miran el ombligo constantemente. www.altarealitat.com

Entrevista publicada en danza.es en enero de 2010

© www.danza.es

Enlace: http://www.danza.es/multimedia/revista/entrevista-a-jordi-cortes


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