TODO COMENZÓ CON EL CÁNCER
Acompañar a un ser querido en su proceso de transitar con un cáncer hacia un lado del camino o hacia el otro, no es lo mismo que pasarlo en carne propia. Pero se aprende mucho. Se aprende de una misma, de poner en la balanza las cosas importantes de la vida, de todos los momentos en los que tienes que conectar con lo más profundo de tu ser interno para hallar la serenidad y la sonrisa sincera que transmitirle a tu ser querido, para darle la mano con fuerza, para acariciarle y sentir qué es lo que más necesita de ti. Si además pones en práctica todo lo que sabes sobre el alma humana, porque has escrito mucho sobre ello, o has traspasado las fronteras de la sensibilidad de la piel, de las emociones, de los miedos, trabajando con actores o viviendo los personajes en tu misma piel, entonces sabes que hay recursos en ti para mirar ese cáncer a la cara y decirle: "yo te conozco, te he visto en el miedo, en el dolor y en la rabia; aquí estoy y no pienso irme, te abordaré derramando mi corazón y mis risas sobre ti, y aunque nos lleves a todos al otro barrio, nos llevarás triunfantes, pues habremos mirado a lo más hondo de nuestro interior y nos habremos reconocido" Con esta intención fue Isabel Díaz en busca de la única persona que conocía con todos los recursos creativos para desmontar cualquier armadura de hierro y llegar al fondo de las almas por un sendero plantado de arte: Teresa Urroz. Juntas emprendieron el proyecto Descabelladas, primero intentando montar un espectáculo de mujeres calvas por la quimioterapia, y luego con el taller "Ni un Pèl de Tontes". Y... cómo es la vida... fue culminando este proceso cuando Teresa comenzó el suyo propio con el mismo cáncer en persona. Y nos dio a todas una lección de entereza, escuchando sus alternativas y tomando sabiamente sus decisiones. La sonrisa la perdió apenas unas horas, mientras asimiló la noticia, pero en seguida sus ojos volvieron a brillar sobre el escenario para presentar al público la sesión abierta del primer taller de Descabelladas. ¡Qué gran velada! ¡Como brillaban bajo los focos las primeras Descabelladas ataviadas con el vestuario de la Cubana! Plumas, lentejuelas, tacones... se atrevieron con todo. Y regalaron al público el resultado de los meses de Desdramatización donde pudieron mirar al cáncer con otros ojos y encontrarse a sí mismas en las experiencias de las demás. En la foto se puede ver a Carme y Marta, grandes artistas de la escena y la poesía, ya victoriosas frente al cáncer; Ana y Montse, que aún se debatían con él y estaban en proceso de "cabellearse"; la amorosa Mirta, que volvió a sus tierras argentinas; Esther, quien nos llevaría a iniciar un nuevo proceso de Descabelladas en l'Hospitalet; y Soqui ,"la leoparda", que desde hace unos años nos acompaña desde el cielo en nuestro coro de ángeles descabellados. Ahí comenzó todo. El cáncer nos unió y nos ha mantenido juntas, aunque ha llovido mucho desde entonces. Alicia Martel se unió al equipo de "profes" para aportar su música y su canto. Y el universo Descabellado se ha ido llenando de estrellas y de nuevas experiencias; además del cáncer ahora nos une la artritis reumatoide, la atrofia ocular, los estragos de la talidomida... Pero sobre todo nos une las ganas de vivir la vida auténticamente, honestamente, ridículamente... y a veces incluso sacando la "mente". Son tantas las vivencias compartidas que si las pusiéramos todas juntas este artículo sería larguísimo. Así que las seguiremos publicando en este blog, junto con fotos y vídeos de todas las fases que ha transitado el proyecto Descabelladas. ¿Nos acompañas? ¡Próximas historias están al acecho!